Con los pies en la tierra

Anécdota,

He nacido con la capacidad y necesidad de saberlo todo, también de experimentar la vida sin que sea peligroso, pero si divertido.

Mi adolescencia casi igual de divertida que mi niñez, diría que fue casi grotesca, he aquí un ejemplo extraído de mis archivos mentales.

Cuando tenía 16 años ya militaba en un partido político, fuimos a repartir volantes, no recuerdo de que, a las puertas de un estadio en medio de un recital.

De un momento a otro, quedamos en medio de una gran confusión y confrontación entre la gente que pretendía ingresar sin entradas, la policía y los vendedores ambulantes.

Finalmente termine con los pies dentro de una celda, con algunos de mis “compañeros”, otras personas que no conocía y un vendedor de cubanitos con dulce de leche.

No recuerdo porque, pero alguien hizo un chiste, todos nos reímos, yo me comí casi una docena de cubanitos gratis, porque era las más peque de entre los detenidos.

A las dos horas quede libre, gracias a uno de los abogados del partido en el cual militaba.

Mis padres nunca se enteraron, pero yo, a mi manera lo encontré divertido y debo admitir que realmente lo fue.