Escribo
para sacarme el peso de las palabras, en cada letra va un suspiro que arrastra
mis emociones más profundas… bien lejos, cada frase un lamento que se desgarra
de mi pecho a contra luz.
La vida es un proceso, todo se transforma y mientras una parte se deshace lentamente de esa porción de historia, otra parte va garabateando una nueva versión de mí, aprendiendo a guardar bellos secretos en un rincón del corazón.
Sumergida en cientos de lecturas que nada tienen que ver con mis sentidos, descubro que, todo lo que alguna vez te hizo feliz, siempre habrá valido la pena.
Érase
una vez…
El café
de la primera vez lo tiñó todo de ternura,
Verte
sonreír y lo demás no me hace falta,
Mi lugar
en tu cama, los sueños, las ganas
Nuestros
eternos abrazos,
Todo lo
que aprendimos juntos
Tu
manera de hacerme sonreír
Cambia
el paisaje cuando lo miro con tus ojos,
Hace que
todo se cambie a otro color
Fue mágico
hasta que el hechizo acabo. Y fui muy feliz.