sábado, 21 de marzo de 2020

El deseo es la verdadera esencia del hombre.




Bella piensa más de lo que escribe…

Afuera solo hay silencio, el cielo se ve más claro después de la llovizna,  el aire más puro, la brisa más cálida y el mundo sigue girando. El hombre, un ser social, se siente solo, ajeno, temeroso, aburrido y un sinfín de cosas que no tiene sentido enumerar.
Y yo aquí acostumbrada a mi soledad, a mí misma, me siento cómoda, relajada, disfrutando del aire, del mutismo, llena de reflexiones y pensamientos, como es habitual.
Vuelvo a la Filosofía, mi primer amor, y reflexiono el concepto de ser humano, que ha evolucionado a lo largo dela historia, en la antigüedad, una visión basada en la idea de armonía, de equilibro. En la edad media, una visión basada en la fe, que concibe al ser humano como criatura creada por Dios libre y con dignidad. En la edad moderna, una visión dualista, escindida entre lo mental o alma y lo material o cuerpo mortal. En la edad contemporánea, una visión del ser humano como problema.
Tal vez todos debamos aprender algo con esta realidad que nos interpela hoy, tal vez sea la oportunidad de cambiar algunos hábitos, lo único que ahora me suena certero es que habrá un mañana… muy disímil al que nos vamos a adaptar, y es que el hombre es además un ser de costumbre. Pero también porque siempre estamos deseando algo mejor, un final feliz, una cura, un amor, un espacio mejor, anhelar está en nuestra esencia.
*Título: frase de Spinoza.

domingo, 8 de marzo de 2020

Seguir siendo





Bella Brown
06/03/2020



Me gusta
Colmar el aire de ternura
Los besos profundos
Sonreír porque si
Los abrazos del alma
Mi libertad
Embellecer el espacio
La desnudez natural
Correr para pensar
Descubrirme
Tatuarme
Las siestas largas
Leer para perderme
Escribir para encontrarme
Las lluvias de verano
El aroma de los jazmines
La oscuridad para soñar
Mi extraña forma de pensar
Mirar siempre hacia adelante
Olvidar para nunca volver atrás.

domingo, 1 de marzo de 2020

Un domingo cualquiera




A Bella le gustan los días domingos, porque puede leer, escribir, ir a correr, disfrutar el desayuno mientras escucha música, dormir la siesta, jugar con su gato, estar panza arriba mirando el techo o simplemente sentarse y pensar.
Pasar del sofá a la cama o viceversa, mirar una película. No atender el teléfono, no recibir a nadie, ni tener la obligación de visitar. Ducharse sin apuros, andar desnuda por la casa, relajarse, observar su pequeño jardín, cuidar su huerta, reírse fuerte.
La soledad y quietud que permite conectarse con uno mismo y hacer lo que te venga en ganas solo porque sí. Hay muchos domingos sin prisas para disfrutar, disfrutarse... Amor Propio.